Preguntas frecuentes
¿Por qué necesito un seguro de vida si ya tengo contratado el de la hipoteca?
Este seguro de vida garantiza que el beneficiario contemplado en el contrato del seguro perciba una indemnización que le permita hacer frente a situaciones tan delicadas como el fallecimiento o la invalidez permanente absoluta del asegurado.
Por el contrario, los seguros de vida vinculados a los contratos de hipoteca suelen garantizar exclusivamente la cobertura de la deuda contraída con la entidad bancaria.
Por este motivo, resulta recomendable la contratación de un seguro de vida que garantice la estabilidad de nuestra familia, más allá de la liquidación de la hipoteca.
¿Por qué necesito un seguro de vida si tengo suficiente patrimonio para el mantenimiento de mi familia?
Es necesario tener en cuenta que, en caso de fallecimiento, nuestro patrimonio ha de cubrir tanto las necesidades de nuestra familia como el diferencial entre las coberturas de la Seguridad Social y nuestro nivel de vida.
En caso de invalidez, deberíamos hacer frente a un fuerte incremento de los gastos derivados de la asistencia domiciliaria que, unida a una reducción de ingresos, supondría una notable reducción de nuestro patrimonio inicial.
En este escenario, es más que recomendable contar con un seguro de vida cuya indemnización nos sirva como garantía para mantener nuestro nivel de vida ante tales eventualidades.
En caso de que algo me ocurriese, ¿no tenemos la cobertura de la Seguridad Social?
Las prestaciones públicas contempladas por las administraciones recogen los supuestos de orfandad, viudedad e incapacidad laboral. Sin embargo, el cálculo de dichas prestaciones equivale sólo a un porcentaje de la base reguladora del sueldo de la persona fallecida o incapacitada.
Este contexto obligaría a nuestros familiares directos a cubrir el diferencial entre las coberturas de la Seguridad Social y su nivel de vida. Contar con el apoyo de un seguro de vida parece una solución más que razonable a la hora de hacer frente al diferencial de ingresos ocasionado por eventualidades como el fallecimiento o la invalidez permanente absoluta.
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